Un amor, más o menos, ‘Sobre ruedas’

El preestreno de Sobre ruedas (Franck Dubosc, 2018) tuvo lugar el 18 de diciembre en Multicines Tenerife. La sala 9 se llenó por completo de un público que disfrutó entre carcajadas de la nueva comedia romántica francesa. Es considerada uno de los grandes éxitos del 2018 con más de 2.4 millones de espectadores en Francia.

El largometraje protagonizado por Franck Dubosc y Alexandra Lamy nos presenta a Jocelyn, un exitoso empresario que se caracteriza por ser un ligón y mentiroso compulsivo. En uno de sus tantos engaños para flirtear con una mujer, simula necesitar una silla de ruedas para seducir a su nueva vecina. Todo su plan dará un vuelco cuando conoce a la hermana de la joven, Florence, quien sí es una persona con diversidad funcional. Ella logrará cambiar su perspectiva, pero él tendrá que seguir fingiendo para que no lo considere una traición.

La película nos presenta al protagonista desde el principio con su personalidad de casanova, seguro de que gusta y de que con su labia consigue lo que quiere. Esto lo convierte en un arrogante creído, características que perjudican distintos ámbitos de su vida como su familia y su trabajo.

Alexandra Lamy, por su parte, se luce con su actuación. El personaje de Florence retrata a una mujer muy perspicaz e irónica, que sabe cómo conducir a su engreído acompañante. Es un personaje luchador que a lo largo del filme muestra el daño que ha sufrido por su condición sin entrar en dramatismos. Algo que se agradece debido al tema que trata la película.

Lo encantador de lo precedible


Los personajes secundarios más destacables son Marie, la secretaría de Jocelyn, y Max, su amigo y urólogo (aspecto que me parece muy curioso, pues se resalta la sexualidad del protagonista). Estos logran ser los típicos acompañantes de los principales en una comedia romántica. Son carismáticos y dan vida a algunas escenas, además de cumplir con ciertos estereotipos. Lo que más lástima me da es la poca relevancia y tiempo que se le da a los padres de Jocelyn, ya que poseen perfiles potentes con una historia personal que hubiera dado mucho más de sí.

El final es bastante predecible. La película no posee un gran giro de guion, característica típica del género cinematográfico al que pertenece. Si se quiere ver algo más allá, hay que coger con pinzas las últimas escenas y buscarle una metáfora que puede ser una invención propia para quedarnos bien con esta conclusión. Es un final bonito sin más para una historia de amor.

A pesar de caer, en ocasiones, en el chiste fácil y un final un tanto aturullado, se trata de un filme que muestra las capacidades y dificultades que vive una persona con discapacidad funcional. Además, cuenta una historia de amor más allá de las diferencias culturales o sociales, centrándose en la situación física. Sobre ruedas cumple lo que esperas de una comedia romántica, perfecta para pasar un buen rato.