El 40º Aniversario del musical Grease (Kleiser R, 1978) se celebró el pasado 20 de octubre en Multicines Tenerife, un evento especial que celebraba las coreografías pegadizas y electrizantes entre la laca y el tupé. A causa de la alta demanda por ver el evento llamado Grease, sing a long, la sala 17 acogió en tres sesiones el espectáculo. El atrezzo que adornaba el cine hizo contagiar al público presente una época ya pasada. El espectador se teletransportó a los setenta y se volvió a sentir como John Travolta y Olivia Newton bailando entre coches clásicos y chaquetas de cuero.
Todo estaba preparado para que los allí presentes revivieran lo que supuso Grease para la sociedad. En la sala abundaba espectadores expectantes de aquella generación que decidió volver atrás a bailar una mentalidad ya obsoleta en nuestra actualidad.
Grease, un cambio de mentalidad
Se apagan los focos cual fundido a negro y empieza a sonar el openning cantado por Frankie Valli con animaciones remasterizadas que avivan al espectador a empezar a calentar la voz para lo que se les viene a continuación.
Para entender el éxito de Grease (en la actualidad lleva más de 350 millones recaudados en todo el mundo), es necesario introducirse en el contexto en el que se encontraban los espectadores que la vieron cuando se estrenó. Muchos de ellos estaban en la sala el 20 de octubre, y sus rostros parecían revivir lo que vieron allá a finales de los setenta en España.
En nuestro territorio patrio el dictador había fallecido tres años antes y vivíamos una etapa de transición. Un cambio político, económico y social se avecinaba y Grease llegó en el mejor momento. Una película que habla de las libertades de los adolescentes, quienes viven sin miedo y sin cadenas sociales. Una mentalidad a la que no estábamos acostumbrados en España después de cuarenta años de dictadura. Los más jóvenes se contagiaron del espíritu de los personajes que formaban las bandas T-Birds y The Pink Ladies, chavales que vivían al límite donde el sexo y las pasiones eran los protagonistas.
Viendo hoy Grease nos damos cuenta de lo cuan reprimida estaba nuestra sociedad española. Un filme que no deja de proponer unos estereotipos que en la actualidad quedan obsoletos. A chico le gusta chica, intenta cambiar por ella. A chica inocente le gusta chico malote y finalmente cambia su personalidad y aspecto por él. Un canto a darle importancia a los aspectos más banales de la adolescencia. Esto causa que el guion sea predecible y simplista, sin ningún giro de la historia aparente y un popurrí de canciones que maquillan una historia pobre con una puesta en escena que te embadurna. Lo estético y lo superficial invade a la pequeña posibilidad de profundidad en los personajes y en la historia misma.
El éxito de Grease se explica por su contexto y la alta capacidad de atracción de sus canciones, las cuales hoy en día se siguen disfrutando y cantando. La moda que implantaron sus protagonistas fue lo que marcó a toda una generación que el día 20 de octubre volvió a contagiarse de ese cambio de mentalidad que una vez fue, pero que ya no tiene cabida en la actualidad.