‘Cinco piezas fáciles’, de Jack Nicholson

Arrancamos el pasado miércoles 3 de octubre, a partir de las 19.00 horas, en Multicines Tenerife, nuevo ciclo. Esta vez dedicado a uno de los actores más completos del cine estadounidense. La Historia del cine norteamericano, desde los años sesenta hasta la actualidad, particularmente desde finales de los sesenta hasta el comienzo de milenio, no puede entenderse sin la figura de Jack Nicholson.

Este nuevo ciclo, de cinco películas, se complementa con el pase de hace unos meses del filme El Último Deber (The Last Detail, (EEUU, 1973), de Hal Ashby, con un Jack Nicholson maravilloso, en una sesión del Aula de cine de la ULL, en colaboración con Charlas de cine. Un pase que se completó con el de La Ultima Bandera (The Last Flag Flying, EEUU, 2017), de Richard Linklater. Dos filmes complementarios entre sí, basados en sendas estupendas novelas de Daryl Ponicsán.

Nicholson debutó en 1958 como actor, fue guionista en sus comienzos de filmes como El Viaje, de Roger Corman, A través del Huracán uno de los dos westerns que protagonizó para Monte Hellman, y Head, el debut de su amigo Bob Rafelson en la dirección. También escribió su debut en la dirección, Aquellos Años (Drive, He Said, EEUU, 1971), guion que revisaron sus amigos Robert Towne y Terrence Malick.

En 1967 es contratado para un papel secundario que, no sólo le proporcionaría su primera nominación al Oscar, en la categoría de actor secundario, sino que le abriría el paseo de la fama. El filme es Easy Rider (EEUU, 1968), que en España se llamó Buscando mi destino, dirigida por Dennis Hopper, pero coproducida y guionizada por Hooper con Peter Fonda y producida en el seno de BBS productions, para Columbia Pictures. BBS son las iniciales de Bert Schneider, Bob Rafelson y Steve Blaunner (a los tres podemos verles en la segunda fotografía, comenzando por la izquierda).

Easy Rider es un filme fundacional. Junto con Bonnie & Clyde (EEUU, 1967), de Arthur Penn, constituye los cimientos del denominado Nuevo Hollywood, ese período de libertad creativa, donde las decisiones de los realizadores primaron en muchas ocasiones sobre los productores, debido al éxito inmenso y la conexión con el público que tenían.

12 nominaciones al Oscar, y 3 estatuillas, así como otros premios y nominaciones, a lo largo de una carrera que comenzó a finales de los años 50 hasta la actualidad, avalan la diversidad y calidad de un actor que ya no se prodiga en el 7º Arte como antaño. El privilegio de poseer tres Oscars por tres papeles memorables, lo comparte con actores como Walter Brennan y Daniel Day Lewis, y actrices como Meryl Streep.

Un ciclo que abordará diversos temas


El ciclo arrancó con Mi Vida Es Mi vida (Five Easy Pieces, EEUU, 1970), del realizador Bob Rafelson, producida por BBS Productions para Columbia Pictures. Supone la Segunda nominación al Oscar para Jack, y su primera como actor principal, pues cierto es que Nicholson y su personaje Robert Eroica Dupea, sostiene y es el motor de este estupendo filme. Constituye un filme ejemplo de los parámetros del cine del Nuevo Hollywood, a contracorriente de los cánones hasta el momento de lo que debía de ser un filme comercial, realizado pensando en la juventud estadounidense, reflejo del desencanto social del momento.

El filme se erige en todo un estudio del comportamiento humano, a propósito de un personaje inadaptado, que trata de buscar su lugar, su identidad personal, moviéndose entre la clase trabajadora y la élite social a la que pertenece su familia de músicos, viviendo con una joven camarera que lo adora, pero que es sistemáticamente rechazada (gran papel de Karen Black, que consiguió una nominación al Oscar). El filme adolece de cierta influencia del cine que se hacía en Europa en aquellos años con la disección del matrimonio y las relaciones de pareja que venían del cine del realizador sueco Ingmar Bergman, a la cabeza de ese crisol de influencias.

Se continuó el miércoles 10 nada menos que con Chinatown (EEUU, 1974), de Roman Polanski, y el 17 con Alguien Voló Sobre el Nido del Cuco (Someone flew over the cuckoo’s nest, EEUU, 1975), de Milos Forman. Dos filmes prototipo de los años 70, el primero fruto de la política de revisión de géneros de la década, el segundo, un filme de compromiso social y de denuncia, también muy habituales en aquellos años. Dos filmes de consolidación de la carrera del actor.

El filme de Polanski es una revisión del Film Noir, que trasciende la mera revisión pulcra y retro de otros filmes de la época. Está escrita por Robert Towne, uno de los grandes guionistas de Hollywood, y posee un reparto de auténticas campanillas. Al actor homenajeado en nuestro ciclo le acompañan Faye Dunaway, sustituyendo a Jane Fonda y Ali McGraw, o John Huston, que inicialmente fue tanteado para la dirección, junto a Mike Nichols. Un conglomerado de profesionales en estado de gracia y un productor interesante como Robert Evans, quien luchó muchísimo por tener a Polanski en el proyecto, confluyen en el resultado este memorable filme, de una banda sonora y fotografía irrepetibles.

El filme de Milos Forman otorga a Jack Nicholson su primer óscar al mejor actor. Alguien Voló Sobre el Nido del cuco es un filme que tuvo una repercusión impresionante. Junto a Sucedió una Noche, de Frank Capra y El silencio de los corderos, de Jonathan Demme, aglutina el récord de obtención de los cinco Oscars principales: Película, director, actor principal, actriz principal, y guion. El papel de McMurphy era un papel muy codiciado por Kirk Douglas, quien lo interpretó en el teatro (donde William Devane hizo una memorable composición igualmente) y había comprado los derechos de la novela de Ken Kesey, para construir un vehículo de lucimiento actoral. Pero la dilación en su concreción y los problemas de financiación durante la década anterior, hicieron que Douglas envejeciera demasiado y tuviese que renegar del papel. Douglas regaló los derechos a su hijo Michael, por aquel entonces labrándose un futuro como actor y productor. Douglas hijo coprodujo el filme con Saul Zaentz, quien convocó a Milos Forman, realizador Checoslovaco que había revolucionado el cine musical con la adaptación del éxito de Broadway Hair. Forman a su vez fue quien convocó a Jack Nicholson. Otro filme absolutamente memorable.

'Mi vida es mi vida', (1970)

Habrá en torno a este filme un gran debate con dos asociaciones de Salud mental


El ciclo continuará el 24 de octubre con Algunos Hombres Buenos (A Few Good Men, EEUU, 1992), el primer guion para el cine del hoy famoso Show runner, guionista y realizador, Aaron Sorkin, según su propia obra teatral, donde el papel de Nicholson, breve pero muy intenso, no solo marca la narración del filme, sino también marcó el tono de los ensayos y la interpretación del resto de los actores. Un gran drama judicial en unos años, los 90, que fueron muy propicios para los dramas judiciales (no hay más que recordar las adaptaciones de John Grisham).

Estamos preparando para este día, un debate que promete apasionante, y que presentará y moderará quien escribe estas líneas.

Cerraremos el ciclo con A Propósito de Schmidt (About Schmidt, EEUU, 2002), de Alexander Payne. Un filme muy personal, que contiene uno de los papeles más contenidos del actor. Se trata de un papel especialmente escrito para el actor por parte de, para quien escribe estas líneas, uno de los realizadores más interesantes del cine estadounidense reciente. El guion de Alexander Payne, con su guionista habitual Jim Taylor, constituye un inmenso retrato sobre la soledad y qué hacer para paliarla, en tono muy equilibrado de comedia dramática.

En el debate de Mi vida es Mía, estuvimos en la mesa, la Psicóloga Micaela Hernández Rosa, colaboradora del Aula de Cine de la ULL, Juan Gerardo Rodríguez Martín, miembro del Aula de Cine de la ULL, abogado en ejercicio, y quien escribe estas líneas.

Los primeros años de Nicholson en el mundo del cine, sus primeros pasos como guionista, actor, e incluso su breve carrera como director, se trataron en el debate. Micaela apuntó el trastorno límite de personalidad del protagonista del Filme, el descontento general e injustificado del personaje que lleva su desgracia e insatisfacción a donde quiera que va.

Hablamos del productor Bert Schneider, de Easy Rider, de Bob Rafelson (a quien en 1970 le quedaba mucho por andar como realizador), y del Nuevo Hollywood en general.

Un debate estupendo, muy animado y activo, moderado estupendamente por Ramón A. González Trujillo, y con intervenciones realmente sensacionales de gente del público asistente como María Bello, que apuntó su pasión por el escritor como Albert Camus, y las similitudes de alguna de sus obras con el espíritu del filme. Casualmente o no, Camus fue todo un baluarte de la generación de cineastas a la que pertenece Nicholson, quienes devoraban los libros del autor de El extranjero. La muerte del escritor, joven, como consecuencia de un trágico accidente automovilístico, una muerte al más puro estilo James Dean, convirtió a Camus en un ídolo de esta generación de cineastas.

Gracias a quienes pudieron asistir a esta sesión y muchas gracias a Juan Antonio Ribas Pérez por la copia tan estupenda, la mejor con la que se puede contar para el visionado de esta sensacional película.