La última jornada del seminario Nuevo auge de las series de ficción, celebrado en la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación desde el día 4 hasta el 8 de Octubre, tuvo como penúltima ponencia la charla realizada por el periodista, especialista en cine y profesor, David Fuentefría.
El que es también secretario de las Charlas de Cine de la ULL, empezó la ponencia con una pregunta que nos introdujo de lleno a todos los allí presentes: ¿Por qué tenemos la sensación de que las series tienen mayor calidad que antes? ¿Por qué consumimos más series que cine?
A modo de introducción, Fuentefría, comentó cómo han cambiado las series a lo largo del tiempo, sobre todo esos patrones narrativos que él consideró vitales para justificar ese cambio de tendencia del público. Se reconoció como un espectador activo que consume bastantes series de forma variada en plataformas digitales como Netflix o HBO y que interactúa con ellas a través de las redes sociales.
La ponencia se dividió así en dos partes claramente diferenciadas. En la primera, el ponente habló del origen de esta nueva narrativa de las series de más éxito en la actualidad. Un recorrido histórico destacando las producciones que marcaron en estilo narrativo novedoso y que sentaron las bases de lo que conocemos hoy en día. Y en la segunda parte, destacó lo que para él son sus mejores series, utilizando como argumento esos estilos de cada una que son importantes para entender el auge de estas obras televisivas en la actualidad bajo la pregunta “¿por qué destaca esa serie?”.
El origen de los parámetros narrativos de las series de hoy
Fuentefría puso en antecedentes al público para que este comprendiera mejor de dónde se viene gestando el éxito de las series de HBO o Netflix. Las fechas que propone el profesor son las que nos llevan a partir de los setenta hasta la actualidad nombrando a creaciones como The Mary Tyler Moore Show (Allan Burns y James L. Brooks, 1970-1977) como pionera en varios aspectos que actualmente el espectador considera normales en las narrativas de series de TV actuales.
“Hoy en día, ¿qué factores debe de aglutinar una serie para que la consideremos de calidad?”, preguntó Fuentefría proyectando la serie antes mencionada. A lo que él mismo respondió: “Que tenga una buena visión artística, que haya una cierta libertad creativa detrás y que contenga elevados conceptos de producción”. The Mary Tyler Moore no dudó en adentrarse en temáticas que para entonces eran desconocidos por el público: la brecha salarial, la homosexualidad, el racismo… Temas que en la actualidad siguen muy presentes, los cuales sirvieron para que la serie ganara bastantes premios.
Las innovaciones principales de la serie fueron las siguientes:
- Reparto coral de los personajes: cada uno de ellos con una subtrama propia, llegando a salir tres spin-off.
- Líneas argumentales que se cruzaban.
- Transfondo social: hablaba de temas que todavía por aquella época era difícil que se tratara en televisión.
Confirmó así que el experimento salió bien y a partir de ahí empiezan a surgir series que intentan recorrer el camino de The Mary Tyler Moore hasta tener su máximo esplendor en los últimos años con la aparición de plataformas como Netflix que se caracterizan por dejar libertad creativa a los autores de las series.
Las series de hoy: ambigüedad de personajes y desmoralización de contenidos
Es necesario destacar en este apartado que no sólo se ha innovado en cuestiones narrativas, también el contexto de las series varía y es que hoy nos encontramos en la era de la intercomunicación por excelencia. La presencia de las redes sociales ha hecho que se origine «el conocido ‘fenómeno fan’ que ya desarrolló Expediente X allá a finales de los 90 mediante un internet primitivo”, dijo Fuentefría. El espectador es interactivo y llega a influir en el desarrollo de la serie.
Para hablar de la actualidad, el especialista no se olvidó de nombrar la que para él ha sido la cadena de televisión más importante para entender la gran cantidad de series que se producen hoy en día. Esta cadena es HBO y sus primeras series de éxito como Los soprano (David Chase, 1999-2007) y The wire (David Simon, 2002-2008) confirmaron y representaron a una sociedad occidental que vivía en un contexto de crisis económica y social.
El realismo y la mezcla de tramas que se van cruzando mediante personajes con carisma que empatizan con el espectador es una de las claves de estos dos hitos, que hablan de temas tan arriesgados como necesarios en la época que nos ha tocado vivir. Según el profesor de Periodismo: “El cine hoy ha perdido libertad creativa. Lo que se valora en este medio es rentabilizar el producto por encima de todo”. Por ello, las series de TV conectan más con un espectador que prefiere consumir ficción desde casa mediante la comodidad que ofrecen las plataformas digitales.
Para finalizar la ponencia, Fuentefría destacó las que para el profesor son sus quince mejores series de la actualidad. Una por una, comentó en qué marcó cada serie para así explicar el éxito de la misma, cuál ha sido su sello de identidad y por lo que millones de espectadores ven sus temporadas cada año.
Entre todas las series que comentó, una de ellas es Juego de Tronos (David Benioff y D.B. Weiss, 2011), la cual utilizó para mencionarnos el carácter sorpresa y giro de guion por lo que se identifica esta serie, impidiendo así a los espectadores encariñarse con los personajes, éstos nunca están seguros en una historia impredecible donde cualquiera puede morir.
Breaking Bad (Vince Gilligan, 2008-2013) también hizo acto de presencia en la ponencia de Fuentefría, destacando por ser la serie “que mejor retrata el cambio de personalidad de un personaje y su evolución” según Fuentefría. Una serie que retrata muy bien y de forma coherente y creíble cómo una persona normal y tranquila con sus problemas cotidianos “puede llegar a convertirse en el diablo” finalizó David que también destaca que dicha serie debería estar en todas las clases de guion de la Facultad.
Una de ellas fue también Black Mirror (Charlie Brooker, 2011), una serie que destaca según David “por la crítica social de un futuro tan cercano a nosotros”. Es por eso por lo que esta serie en concreto conecta con un público que se ve reflejado de forma satírica y brutal en la ficción propuesta por Charlie Brooker.
Dexter (James Manos Jr, 2006-2013), Doctor House (David Shore, 2004-2012, Stranger Things (Hermanos Duffer, 2016), Westworld (Jonathan Nolan, 2016), True Detective (Nic Pizzolatto, 2014), son otras de las series reflexionadas por parte de David Fuentefría con el público que asistió a la ponencia, para concluir que todas las series mencionadas han conectado de una forma u otra por dos conceptos clave: la ambigüedad de los personajes y la desmoralización de contenidos.
Las historias y la forma de contarlas son un fiel reflejo de lo que somos
El espectador está sometido a una serie de cambios y giros de trama que hacen creer que no podemos fiarnos de lo que parece predecible, ya que en las series actuales los buenos no son tan buenos ni los malos tan malos. Las conductas de los personajes de ficción son más humanas que nunca, asemejándose tanto a la realidad que los espectadores se ven reflejados en las historias que se cuentan, sean éstas en Poniente o en alguna ciudad norteamericana.
Conductas donde la moral del personaje, sea este protagonista o no, queda siempre en duda, haciendo que el espectador se cuestione constantemente lo que ve dudando entre quién es el héroe y quién el villano. Crítica social, calidad visual, historias originales que empatizan con un sector de la población, llevando a cabo esa segmentación que empezó a fermentarse en los años 70, han hecho que las producciones televisivas de ficción tengan un auge importante en los últimos años, donde España se está empezando a subir al carro con las producciones originales de Movistar +, Netflix y Amazon Prime, mediante series y documentales mayormente.
Para acabar esta crónica es importante destacar una idea que también se comentó en la ponencia impartida por David Fuentefría: las historias y la forma de contarlas son un fiel reflejo de lo que somos. Un retrato de la sociedad occidental de la actualidad, donde hemos puesto en duda la ética y la moral.