Cuando el amor se nos acabó – II Parte

Llega el verano, las noches mágicas y las burbujas de cervezas que crean chiribitas en las pupilas. Así, continuamos con esta pequeña lista en la que las expectativas de Vacaciones en Roma (William Wyler, 1953) quedan truncadas si zapateamos como en La la land (Damien Chazelle, 2016). Pero, lejos de frustrarnos con comedias románticas al estilo de la trilogía de Bridget Jones (Sharon Maguire, 2001), estas piezas acercan su lenguaje y sus historias a ese complejo e inabarcable sentimiento que es el amor.

6. Weekend (Andrew Haigh, 2011)

Andrew Haigh no está para medias tintas. No las tuvo en Weekend ni en 45 años (2015). Retrata los anhelos y las miserias que acompañan a la cotidianidad de la rutina, las que derivan de la fugacidad de los encuentros como, por ejemplo, puede suceder en una noche en la que la fiesta continúa en el pub de moda. Ese es el punto de encuentro entre Russell (Tom Cullen) y Glen (Chris New), dos homosexuales que intercambian las siguientes 48 horas de su vida sin saber hacia dónde se dirigen. La complejidad de la construcción de la identidad individual y colectiva dentro de la comunidad LGTB, la confrontación con el entorno así como las confesiones de sus vidas privadas irán acercando a estos dos hombres que se resisten a reconocer qué está pasando. Unos diálogos fluidos y sencillos, a la vez que complejos, mueven las emociones lentamente mientras va oscureciendo tras las cortinas de una habitación abandonada.

'Weekend'

7. La vida de Adéle (Abdellatif Kechiche, 2013)

Este largometraje francés, odiado y vanagloriado a partes iguales, nos presenta a Adèle (Adèle Exarchopoulos), una adolescente de quince años que tiene dudas sobre su sexualidad. Como un vendaval, Emma (Léa Seydoux), irrumpe con su mata de pelo azul y llega para cuestionar las tradiciones y costumbres a las que ha estado supeditada durante su crecimiento. Un recorrido sobre las distintas etapas del amor: el flechazo, el erotismo, la madurez, la confianza, la desidia…, que se intercalan con un juego de miradas y escenas vívidas que trasladan al espectador las sensaciones que recorren a Adèle desde la pérdida de la inocencia hasta el vacío que recorre los interiores del ser humano durante la búsqueda del ‘yo’.

'La vida de Adèle'

8. Her (Spike Joze, 2013)

I’m lying on the moon

My dear, I’ll be there son

It’s a quiet and starry place

Tim’es we’re swallowed up

In space we’re here a million miles away

Probablemente el creador Charlie Brooker debió de ver este largometraje de Jonze para la producción del capítulo de Hang the DJ de Black Mirror (2017), donde el amor y la tecnología en un futuro digitalizado se abren paso. Theodore (Joaquin Phoenix) es un hombre a punto de divorciarse que trabaja en una empresa como escritor de cartas para terceras personas. Un día decide comprarse un nuevo sistema operativo basado en el modelo de Inteligencia Aritificial, diseñado para satisfacer todas las necesidades del usuario, y cuya voz es la de Samantha (Scarlett Johansson), con quien, inesperadamente, crea un vínculo romántico. Con una cuidada estética y una narración que navega entre la dulzura y el humor de sonrisa leve, se fragua este enredo y aproximación entre ciencia y romanticismo. Se pregunta uno cuál es el límite, en qué momento la ficción pasó a ser una posibilidad tangible y cómo, en su momento, se gestionarán estos encuentros que, quién sabe, trastoquen la manera de relacionarnos.

'Her'

9. 10 000 km (Carlos Marques-Marcet, 2014)

La vida está llena de sorpresas, regalos, imprevistos, maldiciones, tormentos… Y nuevas expectativas y metas. Una beca de estudio de un año en Los Ángeles pone en peligro la estabilidad de Alex (Natalia Tena) y Sergi (David Verdaguer) que, después de siete años siendo pareja en Barcelona, ven cómo se tambalea sus proyectos conjuntos. No obstante, deciden intentarlo, y de ahí el título de la película: 10 000 km. Esa es la distancia que separa a los amantes. La tecnología llega como un salvavidas a modo de llamadas por Skype, vídeos y fotos constantes para compartir las experiencias foráneas, que intentan aliviar la ausencia y la lejanía, pero, ¿será suficiente? Tanto Tena como Verdaguer hacen un trabajo formidable y muestran las innumerables aristas de esta complicada situación.

'10.000 km'

10. La desaparición de Eleanor Rigby (Ned Benson, 2014)

¿Qué ocurre cuando el amor no es suficiente? ¿Y si los recuerdos compartidos frustran el futuro? Ned Benson analiza la mirada de Eleanor (Jessica Chastain) y la de Conor (James McAvoy) de manera independiente en diferentes largometrajes –La desaparición de Eleanor Rigby: Ella y La desaparición de Eleanor Rigby: Él, (2013)- para, finalmente, unirlos en esta película que acompaña a los protagonistas en la reconstrucción de dos individuos que no pueden ser ayudados por el ser amado. En qué medida el dolor se materializa en los ojos de Chastain o en la incomprensión de McAvoy hace de esta huida hacia delante una reflexión sobre la capacidad de resarcimiento y perdón mutuo.

 

'La desaparición de Elanor Rigby'

 

 

  • Pdta: Seguimos esperando a que acabe el año para elegir una que no nos rompa el corazón antes de volver a ver Love Actually (Richard Curtis, 2003) o, en lo que se antoja como comienzo del tono veraniego, Barcelona, nit d’estiu (Dani de la Orden, 2013).