Gabrielle de Villeneuve (1685-1755) es la auténtica creadora de esta obra de origen francés, que Jean Marie Le Prince de Beaumont resumió, convirtió en un cuento infantil y publicó en 1756. Fue traducida al inglés en 1757 y se convirtió en la versión de la que se harían eco todas las adaptaciones, consiguiendo opacar a su verdadera autora.
Las diez representaciones más conocidas de esta obra son, entre otras, la clásica de 1946 que dirigió Jean Cocteau con Josette Day (Bella) y Jean Marais (Bestia), y la de Eduard L. Cahn, quien realizó la primera adaptación estadounidense, cuyos protagonistas fueron Joyce Taylor (Bella) y Mark Damon (Bestia). En 1976 George C. Scott (Bestia) consiguió una nominación a los Premios Emmy como mejor actor en una adaptación para televisión en la que Trish Van Devere actuaba como Bella. Los espectadores tuvieron que esperar hasta 1987, cuando se hizo la primera versión musical con Rebecca De Mornay (Bella) y John Savage (Bestia). Entre 1987 y 1990, Linda Hamilton (Bella) y Ron Perlman (Bestia) fueron los protagonistas de una serie que se desarrolló en Manhattan. En 1991 apareció Disney con una película de dibujos animados, que enamoró a niños y a adultos. Desde 1994 hasta 2007, este cuento mágico, fue exhibido en los escenarios de Broadway y en 2014 se realizó una versión de acción real con bandera francesa en la que actuaron Léa Seydoux (Bella) y Vincent Cassel (Bestia).
El pasado 17 de marzo se estrenó a nivel mundial la última adaptación del clásico de Disney (1991), la empresa que más ha destacado en sus versiones. El encargado de dirigirla fue Bill Condon (“Dreamgirls”, “La saga Crepúsculo: Amanecer”). Escrita por Evan Spiliotopoulos y Stephen Chbosky, la versión animada se trasladó a la acción real, con Emma Watson (“Regresión”, “saga Harry Potter”) como Bella, y Dan Steves (“The Ticket”, serie “Legion”), en el papel de la Bestia.
La interpretación tibia de los protagonistas no acaba de llenar de química el espacio que una historia de amor fantástica suele transmitir. Una frágil Emma Watson careció de la garra y el carácter que la Bella de los dibujos animados tuvo en su momento. Las escenas se quedan pobres de contenido, tal vez porque en esta copia del cuento convertido a la realidad esperaba algo más de profundidad en el argumento. Se sumaron 45 minutos a la historia, que no contribuyeron a enriquecer la trama. Es bonita, pero no espectacular.
Disney se ha dedicado a transformar sus cuentos infantiles en historias con personajes de carne y hueso sin hacer ningún tipo de cambio ni en la forma ni en el contenido. Ya lo demostró con “101 Dálmatas” (1996), “Alicia en el país de las maravillas” (2010), “La Bella Durmiente” («Maléfica», 2014), “La Cenicienta” (2015) y “El libro de la Selva”(2016). Las realizaciones de este tipo, caracterizadas por los espectaculares decorados y los efectos especiales de los que hoy en día se puede disfrutar gracias a la tecnología, invitan a ver la última apuesta de la empresa americana, aunque los espectadores ya saben de antemano lo que se van a encontrar: la repetición de lo que ya les contaron hace años en la cinta animada.
Las diferencias con respecto a su antecesora (1991) son la duración, que de 85 minutos pasó a 130, las nuevas escenas de canto, demasiadas para mi gusto, más planos de Bella en el pueblo, y el flashback sobre la madre de la protagonista como novedad. Poco más.
El reparto compuesto por Luke Evans (Gaston), Emma Thompson (Mrs. Potts), Ewan McGregor (Lumière) , Ian McKellen (Din Don), Kevin Kline (Maurice), Josh Gad (Le fou), Audra McDonald, Gugu Mbatha-Raw (Babette), y Stanley Tucci (Cadenza) es digno de las producciones de Disney, que siempre apunta alto cuando arriesga.
Ariana Grande y John Legend fueron los encargados de interpretar el tema original de la película. Celine Dion, que ganó un Premio Grammy junto a Peabo Bryson en 1991 por la mejor actuación en dúo al editar en un sencillo la versión original interpretada por Angela Lansbury en aquella oportunidad, fue la encargada de cantar, en esta versión del rodaje, el tema “How does a moment last forever”, una balada compuesta por Alan Menken con letra de Tim Rice, que cumple las expectativas que, de una cantante de su envergadura, se esperan.
El filme, que contó con un presupuesto de 300 millones para su producción y mercadeo, ha reembolsado 325 en todo el mundo, el fin de semana de su estreno, de los cuales España recaudó 5 442 193. Le sigue “Kong: La Isla Calavera”, con 924 573; “Es por tu bien”, con 795.191; “Logan”, con 587.054, y “El Guardián Invisible”, con 333.284, en entradas nacionales. Con estas cifras se coloca en el primer lugar como el mejor lanzamiento de marzo de 2017, la mejor película para niños y uno de los 10 mejores estrenos de la historia a nivel mundial.
Con música de Alan Menken, sonido de Adam Kirley, maquillaje de Chris Lyons, fotografía de Tobias A. Schliessler, montaje de Virginia Katz y vestuario de Richard Van Den Bergh, las compañías productoras Walt Disney Pictures y Mandeville Films y la distribuidora Walt Disney Studios Motion Pictures han conseguido con creces sus objetivos, al arriesgarse a contar la misma historia, sin saber que iban a arrasar en las cuentas. Con este éxito arrollador, no dudo que, la línea a seguir por esta empresa sea la de convertir el resto de sus cuentos animados al nuevo formato real.