«Logan» nos dice adiós

Los fans de Lobezno han agradecido la tercera y última película en solitario de “Logan” después de “X-Men Orígenes: Lobezno” (2009) y “Lobezno inmortal” (2013). La innovación en el manejo de la producción por parte del director James Mangold (“Lobezno inmortal”, “En la cuerda floja”)  se caracteriza por la apuesta que, junto a Marvel, hace dentro del género de los superhéroes al mezclar acción, violencia y drama, con algún toque de humor. El rodaje exprime el talento de profesionales, como Hugh Jackman (Logan / Wolverine) y Patrick Stewart (Charles Xavier / Professor X), que sacan partido a sus personajes  al huir de la homogeneidad de las tramas habituales y mostrar el lado más humano de seres que, en algún momento, parecían invencibles.

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En la cinta un Logan cansado lucha por sobrevivir, en el futuro (2029), en un mundo en el que los mutantes ya no existen. Conductor de limusina, malvive al cuidado de Charles Xavier, quien, convertido en un anciano limitado, es el que lo acompaña en esta aventura.  La añoranza de una familia hace que el nonagenario  intente convencer al desgastado integrante de los X-Men  de que está a tiempo de reorganizar su vida. Descubrir que tiene una hija despierta en él sentimientos desconocidos que se niega a albergar y aun así, hace lo imposible por mantener a esa niña , a quien interpreta Dafne Keen (Laura Kinney / X-23), a salvo de los maleantes que quieren destruirla.

Los constantes guiños a la saga, con la aparición de los comics, hacen que se mantengan presentes historias anteriores que hasta el propio personaje pone en duda pero que, sin embargo, la nueva mutante da por reales hasta el punto de convencerlo para que la acompañe a reencontrarse con sus amigos.

El objetivo de los villanos era opaco al lado del brillante papel que desempeñaron los actores principales pero el conjunto del largometraje, que costó 127 millones de dólares, se centra en la despedida que se merece este personaje. Después de 15 años siendo una de las figuras trascendentales de sus tramas demostró, una vez más, su capacidad para sacrificarse por aquellos a los que quería.

El director le da su toque personal y hace del relato el drama que caracteriza a sus creaciones, consiguiendo el equilibrio perfecto entre el desaliento de un hombre y la lucha por mantenerse vivo. No es una película apta para niños por su gran carga de violencia además del espíritu anti héroe de su protagonista, quien sin abandonar su coraje, el que caracteriza a las producciones americanas, muestra un personaje menos ideal y más mortal.

Logan nos dice adiós definitivamente en una escena llena de ternura, a menos que Hollywood haga un reboot y siga deleitando a la audiencia con producciones cinematográficas tan entretenidas, capaces de tener al espectador pegado a la silla durante 135 minutos sin parpadear.