«American Horror Story: Roanoke»: volver

Cantaba Estrella Morente: «Pero, el viajero que huye, tarde o temprano, detiene su andar». «American Horror Story» ha vuelto a sus orígenes. «La casa embrujada» («Murder House», 2011), o el mítico personaje de Lana Winters («Asylum», 2012). Del portal de la muerte, el sadismo y los personajes más oscuros de la joven literatura del terror estadounidense ha nacido la última temporada de «American Horror Story», «Roanoke».

Después de varias temporadas lineales, con una mitología pobre, infértil y herida, además de poco aventurada, AHS retoma sus raíces, el terror clásico, el susto supeditado o el rincón oscuro. Este último guión se ha desprendido de sus cadenas. Además, la transversalidad del mismo hace tremendamente líquida una trama que de por sí se mantiene estática en el espacio: una casa. Ha sido inteligente, también, el planteamiento de que se filmase como un programa de televisión, lejos de lo que acostumbraba hasta ahora AHS. Aunque se ha echado en falta la genialidad de planos más trabajados, o una escenografía mejor aprovechada, como sí hicieron las tres primeras temporadas de la serie («Murder House», «Asylum» y «Coven»). Se pierde profundidad y significado en la imagen.

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Los orígenes de la monstruosidad se han lucido, rescatando criaturas como el hombre-cerdo, que tiene sus antecedentes en la primera temporada de la serie. Pero han sabido mantener ciertos márgenes diferenciales entre todas las temporadas. Ha sido un volver mesurado. De todos modos, ha sido efectivo. Los seguidores de la serie añoraban el elemento distintivo de AHS, su indiferencia con la realidad, la ruptura con la naturaleza y lo familiar.

Pero cuando volvemos arrastramos una pesada carga, el recuerdo. El recuerdo de algunos errores garrafales que han sido los mayores problemas de las últimas temporadas de la serie. Sus lagunas argumentales. Si bien es cierto que se han drenado muchas de ellas, sucede que, cuando miramos el largo camino (diez capítulos de cuarenta minutos) que queda atrás, hay elementos que siguen suspendidos en el polvo que circunda la casa de AHS.

De cualquier modo, «American Horror Story» ha vuelto a reinventarse en un formato nuevo, con una mitología original y un elenco que conserva piezas clave (Sarah Paulson, Kathy Bates, Lily Rabe o Evan Peters), pero también se renueva. El recuerdo que resta es positivo. Volver al microcosmos del sueño, donde nacen los espeluznantes universos de AHS.